Un escritor


Un escritor decide comenzar a escribir esa mañana. Una novela, un cuento, no tiene claro qué será, sólo que será literario. Inicia haciendo una lista concienzuda sobre lo que espera generar en el lector, incluye luego los motivos por los cuales quiere escribir. Se pregunta, también, si espera que le lean o simplemente quiere escribir por algún motivo personal sin la pretensión de publicar. No llega a nada. Piensa -Tal vez deba leer más para poder escribir-. Hace un plan de lectura: grandes escritores que no ha leído, revisa en su biblioteca y agrega autores nuevos y recomendaciones que encuentra en internet. Lee mucho, escribe poco. 


Pasan los días y el escritor sigue sin escribir una palabra, la ansiedad acumulada por varios días le impide concentrarse en sus lecturas. Piensa que de nada le sirve leer un libro tras otro, una novela tras otra, un poema tras otro si no reflexiona sobre ellos. Así que inicia un nuevo plan, va a realizar una reseña personal con reflexiones y análisis de las estructuras y estrategias narrativas en los libros que lee. 


Pasan aún más días, el escritor ya escribe, pero solo reseñas de libros, es un gran reseñista, algo pedante (como todo crítico literario). En el fondo le avergüenza ser duro con sus comentarios pues él mismo no ha escrito una sola línea literaria en su corta (léase inexistente) carrera de escritor. Relee sus reseñas (no publicadas) y siente rabia. Contra él mismo por estar perdiendo el tiempo, contra su Yo reseñista pedante y prepotente sin una carrera literaria. ¿Por qué no ha escrito nada hasta ahora? ¿Qué le hace falta? Se enfrenta de nuevo a la hoja vacía. Round tres. Esta vez decide que va a escribir lo que sea, al menos ejercicios de escritura que no lleven a nada. 


Pasan muchos meses. Nuestro escritor ya tiene textos, son malos, en su opinión, no se atreve a mostrarlos a nadie. - ¿Qué sentido tiene crear personajes y diálogos y mundos si no llevan a ninguna reflexión, a ningún punto? -  se pregunta. - ¿Por qué no puedo construir un universo ficticio o una fórmula narrativa satisfactoria?- Cada vez que puede se sienta al ordenador a escribir sus ejercicios, le toman dos o tres horas, pero siente desesperación y desagrado de lo que escribe, así que siempre los borra. 


Round cuatro, una epifanía le llega a nuestro escritor mientras dormita, recostado en el sofá de su casa con una novela sobre su rostro. “Hace falta vivir para poder hablar de la vida”  Pasa de escribir sus ejercicios a diario a hacerlo una vez cada tres días, a dos veces por semana, una vez. Nada. ahora fuma y bebe alcohol con gente del mundillo literario la mayor parte del tiempo, dibuja personajes e ideas en su cabeza que va apuntando en libretas que acumula y colecciona. Ve el mundo como una oportunidad para un escenario, una escena; a cada persona como un posible personaje, un punto de vista, una inspiración. Sale con chicas, chicas jóvenes que anhelan ser musas o que se fascinan oyéndolo hablar de los autores que conoce, visita bares y cafés, se relaciona con la gente que tiene novelas revolucionarias, proyectos que jamás concretarán, pero que si lo hicieran…. se relaciona con la gente, los textos que lee y escribe de forma equidistante. 


Pasan los años, nuestro escritor lleva un total de cero novelas publicadas dos que dejó a medias, una maqueta para novela gráfica de corte histórico, 32 cuentos escritos 22 en una colección digital en su ordenador, y 10 en un cuaderno de estudiante a lápiz; una colección de poemas que envió a un concurso en el que no ganó y una libreta llena de reflexiones literarias variadas. Odia a sus textos y a sí mismo. Se pregunta si escribe para que le lean o si lo hace para sí mismo. ¿Espera que una editorial o un concurso literario le publique? si es así debería llenar o seguir los requerimientos de lo “publicable” o seguir “buscando su arte” su identidad literaria. Si no, ¿debería conseguir el dinero para publicarse a sí mismo? No tendría la misma credibilidad que sus camaradas escritores, el reconocimiento. Duda de sí mismo, le teme a todo…pasan los meses, continúa escribiendo..


Han pasado un par de años más, nuestro escritor ahora ostenta una barba. Ya luce como un escritor consagrado, lo vemos en el ordenador de su casa, trabaja en su tercera novela, una sobre las frustraciones de un joven que quiere ser escritor. No ha publicado aún ninguna pero continúa participando en concursos literarios, usa seudónimos que le parecen ingeniosos, se hace pasar por escritores ficticios. De repente recibe una llamada, el manuscrito que envió con el primer capítulo de su novela le interesó a una editorial, pero quieren más, y lo necesitan pronto, “será un hit” es la expresión que usa el editor al teléfono, tan solo tiene que adecuarla para ciertos criterios más “modernos”, también usa esa expresión: “criterios más modernos”.  insiste en que será un “hit”. - Podrás vivir de esto, piénsatelo bien- el escritor asiente con un sonido que se le antoja más como un gruñido. Cuelga. Vuelve a trabajar pero no puede avanzar mucho,  tacha, borra,  corrige, tiene miedo de arruinarlo, tiene ansiedad de su futuro…. entonces hace un concienzudo plan…


Un librero abre su tienda en la mañana…



22/02/2024
-Arturo Belano-



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